Estructuras Sociales

Estaba acostado sobre el tendido de siempre. Las luces descansaban en su aposento de cristal sumergidas en un sueño profundo e irreparable, no se veía la hora de su despertar.

Resignado a la penumbra, mi cuerpo comenzó a desvanecerse sobre las telas, mientras mi mente navegaba sobre un mar de recuerdos… aquel día de verano a tu lado, los edificios rojos, el paseo a la playa, la cabaña de la cumbre, el día de feria.

¡Oh! aquel día, aún puedo sentir el estremecer de los juegos en mi cuerpo, escuchar bien las voces de aquellos compañeros de aventuras: rebeldes conduciendo sobre cada peñasco que aquel centro de diversiones nos pusiera en frente, el olor de las palomitas aún se siente en las manos y los recuerdos para este punto no son livianos.

El ambiente espeso y grumoso se tornó, ya que la felicidad de cada vivencia, traía consigo una gran carga de tiempo.

Tiempo pasado, transcurrido, tiempo malgastado, evanecido, simplemente tiempo efímero, tiempo que no retorna y cada vez transcurre más rápido.

¿Y yo que?
¿Estancado tal vez?

Aún no terminó la carrera, mis años son más de los que deberían y los demás chicos de mi edad han conseguido el prestigio de una «buena vida».

He escuchado a los más grandes decir que tipos como yo ya están perdidos, rotos, inciertos, malditos.

¿Será cierto?
¿Será que estoy roto?

Que ya estoy tan viejo para lograr mis sueños. Que el tiempo me está comiendo a pedazos pequeños, lento pero constante.

¿Será que la fatiga mental sea tanta, que deje de luchar contra aquellas normas estupidas estipuladas por no se quien carajos?

¿Será que mi vida se resuma a solo vivir para trabajar? será que realmente no hay más, que no seremos más que esto.

La cama se convirtió en llamas vivas, afeitando la mente mientras se cocía la carne viva, el cuerpo sufrió los estragos de aquella locura insaciable, pues la angustia combinada con ansiedad rondaban  en medio de la habitación. Las llamaradas parecían no saciar su hambre, la noche se convertía en fiera, mientras el cuerpo danzaba en medio de la hoguera.

No se como amanecí tendido en la cama de siempre, ni como logre salir de aquella tormenta, las turbulentas nubes de la madrugada se disiparon, sin embargo las interrogantes de aquella noche aún siguen palpitando.

-BrknHxvrt

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